De las Tantas formas de ser estupido

El pasado 30 de Julio, en la Universidad Católica de Oriente, el premio nobel alternativo de economía, Malfred Max-Neef dejo grandes reflexiones en torno a un tema tan tocado actualmente como es la globalización y la deshumanización del hombre. Entre esta deliberación, este hombre de asombrosa talla, chileno de nacimiento, hace énfasis a uno de los problemas actuales en América latina, la división de estados entre: gobiernos de izquierda y gobiernos de derecha.

¿De quién es el problema del calentamiento global, de los de izquierda o de derecha?, ¿de quién es problema los derechos humanos, de derecha o de izquierda? Quizás algunos sean capaces de dar respuesta en esta división cartesiana, sin embargo, no deja de ser mas que un camino equivocado, pues estos problemas parten inicialmente de una relación humana y existencial inherente a nosotros, ¿Por qué deberían ser asuntos de una u otra ideología? Los problemas humanos y las formas de gobernar deben de partir siempre de un centro, identificado en los valores de libertad y dignidad del hombre y en sus derechos a la vida, la libertad y la propiedad, y esto, queridos lectores, no es un problema particular que se inscriba en un solo grupo, bien sea de “izquierda” o de “derecha”. Los problemas humanos no se hallan resueltos en una división, en una clasificación, pues si en alguna de estas ideologías me encuentro mi discurso atentara y anulara el del otro, y que acaso no es esto ya una violación del existir del otro. Bien decía Ortega y Gasset cuando decía: “ser de derecha, como ser de izquierda, es una de las tantas formas que tiene el hombre para ser estúpido”.

El hombre como ser político debe ser el que es, como ser político debe ser humano y principalmente el hombre como ser político debe estar por el mismo y por el hombre. Una democracia deliberativa nos permitirá partir de unos principios básicos e irrevocables, y encontrar a través de una libre razón los mejores caminos para encontrar el bien común, y cuando se halle se darán cuenta de que no existe izquierda o derecha, existen ambas en un solo cuerpo, porque un gobierno que, solo tenga una de las dos, es un gobierno cojo.